jueves, 19 de julio de 2007

DE WINGSTON OSWALDO GONZÁLES

Del tamaño de una ballena me ha dicho... y bien podría ser todo lo que nos une, pero el encontrar la estrella común en la lejanía, sangrándonos el horizonte nos hizo entristecer....

Hasta hoy no he sabido que responderle. He aquí su poema:





Barrilete en llamas





Nunca falta quien exponga que es este el fin del siglo./



Nunca quien alce su helicóptero sobre el barrilete en llamas,/



o el último astronauta americano que en el contestador deja/



un mensaje a la amada que sucia duerme, en un cuarto sucio/



en el sótano del mundo y piensa, en un tal Roque Dalton/



que habita allá donde eran todos como niños con armas,/



cristales zumbando en los ojos de jirafas africanas, domesticadas./



Por el dolor mismo de esa amante mientras duerme, sólo puede/



soñar que robóticas ángeles, muertos, le dicen,/



nada hay que merezca esta pena, muchacha, Pero sí lo hay,/



ama al fuego como a nadie, y no teme quemarse,/



ni que todas las puertas de piedra la aplasten o los elefantes,/



o las secretarias que ven a Billy Graham anunciando/



la resurrección del zapato azul de Dios y aquella estrella maldita,/



quien entre más cercana a su astronauta, único caballero de los cielos,/



más maldita, más blasfema la estrella, más balsa inflamable/



surcando el sangriento océano de un planeta de gas neón, de muertos,/



cuyo color desconocemos los hombres porque ya estamos ciegos,/



ante semáforos y fábulas rabiosas que abren latas podridas ante ella,/



ante quién dice que nunca falta aquel que ponga su cabeza de cemento/



frente a una pequeña de pantalla de plasma y repita,/



vámonos del mundo, maldita sea, vámonos/



que para cuando el fin del planeta nos alcance quede/



sólo la vida y el deseo, y el resto infinito, en polvo, cenizas/



diciendo, nos sobra el dinero para todos los corazones del mundo/



no sobran los grandes sueños que no más ya ni un carajo, nos sobran./





Nos faltamos nosotros, amantes, astronauta y bella muerta/



bella abandonada en el amplio vacío de una tierra plagada/



de pájaros estúpidos. Me voy para siempre. Espérenme. Dijo./

1 comentario:

Rodrigo Pérez Nieves dijo...

¡Que versos! Me transporté a Walt Whitman: Estos son en verdad los pensamientos
de todos los hombres en todas las
épocas y naciones, no son originales míos,
si no son tuyos tanto como míos,
nada o casi nada son,
si no son el enigma y la solución del enigma,
nada son.

Esta es la hierba que crece
dondequiera que haya tierra y agua,
este es el aire común que baña el globo.